Falafel y shawarma de Medio Oriente, crepes franceses, tapas y tortillas españolas, empanadas y cervezas artesanales son solo ciertas de las propuestas para comer en el nuevo camino y polo gastronómico que cambia al histórico mercado del distrito porteño de San Telmo, a más de ciento veinte años de su inauguración.

Pero eso no es todo: también pueden llevarse de ese sitio chorizos de cerdo y cordero, productos regionales sibarita y picadas con pan y churros dulces y salados, mientras que admiran antigüedades o bien adquieren frutas y verduras además de pescado y achuras de las más variadas, como las mamas que no se logran en los "super" mordernos.

En el corazón de San Telmo, en la manzana Bolívar, Carlos Pelado, defensa y U.S.A., a una cuadra de la Plaza Dorrego, el tradicional mercado disfruta desde una renovación gastronómica a costos alcanzables para todos los porteños, turistas nacionales y también internacionales.