
Fuente diariodecuyo 18/01/2023
El 94,8% de inflación anual que tuvo nuestro país durante el 2022 ha tenido consecuencias muy graves para todos los sectores de la población, que han experimentado una abrupta caída en su poder adquisitivo y han perdido posicionamiento dentro de la escala social pasando, en la mayoría de los casos, de la clase media a la clase baja.
Se sabe que este movimiento social está dado por factores como el nivel de ingresos, el tipo de actividad económica de la cual provienen esos ingresos, el nivel de formación académica y el acceso a bienes y servicios, y que todos ellos han sufrido fuertemente el impacto de la inflación que ha estado alentada por erróneas políticas económicas del gobierno y por algunos fenómenos naturales de fuerte incidencia en la producción como la sequía, la producción de carnes y granos y la escasez de dólares por mermas en las exportaciones.
Todo esto lleva a un panorama de menor producción general que contrasta con un excesivo gasto público, uno de los principales factores generadores de inflación.
Lo preocupante es que no es el primer año que esto sucede.
Desde la asunción de Alberto Fernández a la presidencia hace tres años, cuando anunció su famosa 'Guerra contra la inflación'' los índices se fueron deteriorando a medida que el Indec anunciaba la cada vez mayor inflación.
Así es como se ha llegado en este lapso al 300%, un índice que pocos países en el mundo lo poseen y que es el causante de tanta postergación y dificultades para crecer que tiene el país.
Las consecuencias de una inflación tan descomunal no puede ser otra que una irregular marcha de la economía, con precios en constante aumento; inconvenientes para orientar la producción; dificultades en todos los órdenes y actividades como en la salud, la educación, el mercado de los alquileres familiares; el avance de la pobreza; el permanente aumento de las tarifas de los servicios; combustibles; las actividades recreativas y hasta el turismo, que a pesar de haber alcanzado un buen nivel de desarrollo en las últimas temporadas, afronta algunos inconvenientes en el orden laboral y provisión de insumos.
Otro de los grandes problemas generados por el actual esquema económico es el de las importaciones, que dificulta el ingreso al país de elementos básicos y necesarios para la producción.
Todos estos factores son los que hacen que parezca que estamos en un país desenfocado en cuanto a la búsqueda de soluciones.
El problema del cada vez peor nivel de vida de la población parece haber quedado relegado a intereses sectoriales y particulares, que a diario luchan en la Justicia por solucionar sus situaciones.
La falta de diálogo entre los sectores que ostentan el poder no posibilita las acciones en conjunto para encontrar soluciones, como por ejemplo una profunda reforma laboral que posibilite a las empresas incorporar personal, mejorando el tema de la oferta laboral.