Un año de película

Noticias de turismo de argentina y el mundo

Fuente diariodecuyo 31/12/2022

Al final de este film ya lo vimos todos: acercamiento al sanjuanino Chiqui Tapia, mandamás de la AFA, con los ojos llenos de lágrimas, ofrendando la Copa FIFA a los pies de la Difunta Correa.

Fundido a negro.

Créditos y aplausos.

También vimos el clímax de las penúltimas escenas: primer plano de Lio Messi alzando la misma Copa en la lejanía de Qatar, haciendo historia, bordando con guapeza la tercera estrella sobre el escudo de la camiseta argentina, con crescendo musical del himno Muchaaachoooooos de fondo.

Por supuesto, no nos perdimos ningún flashback: las tres selecciones nacionales de hockey patín consagrándose campeonas mundiales en el Aldo Cantoni, el tsunami popular de Boca Juniors en el Bicentenario, los rugidos de alta cilindrada en el Villicum, Los Pumas dando un zarpazo inolvidable también en Pocito, y más motos, más autos, bicicletas y piernas puestas a andar en campeonatos nacionales e internacionales en escenarios sanjuaninos.

Para cualquier crítico, la producción de esta película merecería un Oscar.

Para el público, sería un clásico, rotulable en el género Aventuras (aunque un poco de Acción también, y de a ratos Suspenso.

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pero jamás Ciencia Ficción por su densa carga hiperrealista), con un cast pletórico de superstars, generosa en pasajes narrativos de máxima tensión emotiva, y calificada como No Apta Para Cardíacos.

Porque esta epopeya del 2022 sanjuanino no dejó corazón sin atravesar.

Una veintena de megaeventos deportivos convirtió a la provincia en una vidriera saludable y admirable.

La elite del deporte del país y del mundo llegó para protagonizar alguno de los capítulos de esta superproducción.

Y lo que no sucedió acá sí filmó acá sus fotogramas de cosecha y bouquet propios, como la venta y distribución de al menos medio millón de figuritas del Mundial de Qatar en apenas cuatro meses y medio (más de 110.000 promedio por mes) y, por supuesto, el desenlace de la Copa en el oratorio de Deolinda y luego en el Parque de Mayo.

Para semejante despliegue hizo falta una productora de ligas mayores: San Juan, la provincia, la meca deportiva que hasta se candidatea como Capital Americana del Deporte para 2024.

Tierra de sets, de semilleros, de extras que ensayan día y noche para ganarse un protagónico.

Unos 11.000 niños sanjuaninos desde los 3 años de edad practican deportes bajo el ala de alguno de los programas oficiales provinciales.

En el otro extremo etario, más de 1.600 mayores de 60 (un 85% más que durante 2021) mejoran su vida con hábitos deportivos disciplinares y sistemáticos.

Nadie se queda afuera.

Todos saben que tanto el talento como la convicción y el esfuerzo traccionan la cultura de una provincia deportiva.

Y apuestan a un año de película.

A mitad de film, la subtrama obligada.

Ese metarrelato que le da aire pero también complejidad a toda cinematografía de calidad.

En este caso, las historias desprendidas del desarrollo del turismo de eventos, coprotagonista privilegiado de la trama principal.

Las citas deportivas de alto rango se ubicaron terceras en el ranking de cantidad de los más de 660 eventos turísticos realizados en este año récord en el sector, pero al mismo tiempo lideraron el índice de gente que visitó San Juan.

Mientras un congreso promedio trajo unos 1.500 turistas, un campeonato internacional trajo más de 10.000.

Y cada uno de esos visitantes gastó de 3 a 5 veces más que un turista vacacional o familiar.

Por eso en 2022 el turismo de eventos generó divisas por arriba de los 7 mil millones de pesos en la provincia, según los cálculos oficiales.

Y tras el desenlace, como un epílogo o un reel poscréditos, la ovación.

Un público hechizado.

Una multitud sanjuanina que sale a las calles, a las plazas, que se envuelve en celeste y blanco, que siente que hay alguna luz entre tanta negrura del ánimo y del bolsillo.

Que está convencida, porque sabe, porque sobran pruebas, de que es parte principal de este año de película.

Que se dejará estremecer.

Que no olvidará nunca.

Y que se animará, pese a todo el resto de la realidad ajena a los reflectores, a escribir en su memoria que este 2022 tiene, por justicia y por derecho conquistado, un final feliz.